EL ABOGADO Y LA LITERATURA. (Inicio)

A MANERA DE JUSTIFICACIÓN SOBRE:

UNA APROXIMACIÓN A LOS JUICIOS ORALES A TRAVÉS DE LA LITERATURA.

Advertencia: el presente trabajo es un ejercicio y un experimento, por lo que no ha de seguir el rigor académico y metodológico, además de que estará sujeto a cuanta modificación crea pertinente en cualquier momento; ya veremos el resultado.

El esfuerzo que en el plano gubernamental se ha venido realizando en México, particularmente en el sistema de impartición de justicia, ha venido acompañado de hondos dilemas, entre otros muchos, a mi juicio, particularmente los que podemos considerar como “El Ser” y “El Hacer”. Desde luego que el mandato de la norma es, principalmente, para el jurista y el profesional del derecho, el eje rector de su “deber ser” cotidiano. Aquí encontramos una primera arista, es decir, el dilema que supone un nuevo mandato jurídico frente a la imperante realidad cotidiana, así se conforma un debate entre el “deber ser” – “el hacer” – y “el Ser”.

Este dilema cobra mayor importancia cuando se trata de la formación de los futuros profesionales del derecho, es decir, de la academia.

Habremos de reconocer que, en este plano, resulta evidente la distancia existente entre la formación académica y la realidad en un sistema como lo es el Derecho. Desde luego hay que reconocer también el gran esfuerzo que se realiza en los centros de formación de los futuros abogados para empatar la formación teórica doctrinal con la realidad del ejercicio profesional, no obstante ello, el esfuerzo, generalmente, no resulta suficiente.

         Por ello, quienes tenemos la fortuna de  ejercer la abogacía conjuntamente con la docencia en el derecho, podemos comprender el punto de quiebre entre realidad y academia, así resulta que somos los más obligados a explorar diversas fórmulas a efecto de lograr que los futuros profesionistas del derecho sean cabales en su formación teórica y práctica.

         No es mi intención abundar en el debate entre academia –realidad, entre planes de estudio - necesidades sociales, etcétera, sino exponer un ejemplo particular que desde mi experiencia como docente  y abogado postulante tenía en mente pero que se concretó en una de mis clases.

         Siempre que existe oportunidad (ya que en determinadas universidades tristemente resulta difícil – o peligroso- distanciarse un poco de lo que se conoce como avance programático, plan de estudios o planeación de clase) “obligo” a los estudiantes a realizar la lectura de un libro, generalmente alguna novela que en lo particular me ha resultado de provecho personal (sea o no de tópico jurídico).

 El distanciamiento entre literatura y enseñanza del derecho resulta injustificado e incomprensible en la formación de las nuevas generaciones de abogados. Desde la doctrina  debe generarse esta relación, ya que resulta muy obvia la contribución de la literatura, ya no en el profesionista, sino en general a la persona. Una muestra de las bondades de la literatura en la explicación de temas jurídicos la da el jurista Alemán Edgar Bodenheimer, quien en su libro “Teoría del Derecho”, en la Parte I: Poder y Derecho, I. El Poder, 1. Introducción, nos explica, a través del libro “Vida y aventuras de Robinson Crusoe” de Daniel Defoe, la relación entre las relaciones que surgen de poder y derecho. Aquí la transcripción de la parte relativa:


http://murolegal.blogspot.mx/2016/01/normal-0-21-false-false-false-es-mx-x.html



         Otro ejemplo, en la novela “Mafia Blanca” del sueco Jens Lapidus [i], cuando el personaje principal se involucra en determinadas actividades feministas, cita diversas obras, v.gr. “Deshacer el género” de Judith Butler[ii], “Manifiesto de la Organización por el exterminio del hombre” de Valerie Solanas[iii], “La chica y la virginidad” de Katarina Wennstam [iv] y “Bajo la manta rosa” de Nina Björk[v]; obras que existen y he revisado, y que particularmente me enriquecieron en dos planos: uno, respecto a la intención del novelista de establecer un marco ideológico de su protagonista, y dos, conocer aprioristicamente  un sistema ideológico que ha tenido especial peso y relevancia en Europa.

Cierto alumno, sobre una novela en particular que otra docente encargo en su clase, me preguntó si la referencia bibliográfica que hacía, en este caso, John Katzenbach en su libro “El Profesor” existía, a lo cual contesté que efectivamente, que la obra de referencia inclusive se encontraba en la web, la cual yo en lo particular ya había revisado, y que efectivamente contenía lo que Katzenbach refería brevemente en su novela. De esta manera confirme mi intención de escribir el presente artículo.

         Concretamente mi afición por la novela norteamericana me ha permitido conocer, de manera general, la estructura del sistema judicial norteamericano. Esta afición y disciplina de lectura, aunado a la investigación (aunque a veces somera) del sistema jurídico estadounidense en particular, me ha permitido, a través de la figuras literarias y la constatación con fuentes fidedignas o acervo idóneo, advertir ciertos dilemas que se nos presentarán con la implementación de la oralidad en los juicios, los cuales necesariamente habremos de resolver con el tiempo.

         Así, el tiempo es el primer dilema, particularmente el tiempo pasado con relación al “SER”, esto es, el novelista norteamericano no tiene inconveniente alguno el mostrarnos, narrarnos una realidad que ha imperado durante siglos en el sistema anglosajón, esta realidad es la manera en que se resuelven los conflictos en el sistema judicial; le es tan natural narrar o imaginar el escenario de un juicio “oral”, sencillamente porque ha sido parte de su vida ordinaria. En tanto que, en las naciones en las que estamos en camino de implementar la oralidad en los juicios no nos es inherente, sino que hasta ahora nos es extraño.

    Una novela, particularmente interesante en virtud de las posibilidades que nos permite advertir en torno a, primero, las fases del sistema de enjuiciamiento penal norteamericano (podría compararse frente a la nueva legislación procedimental de México a través de un mapa de las etapas en las que se desarrolla la novela), y, segundo, la exposición sobre el tema central del libro: La Presunción de Inocencia. Me permito transcribir sobre este segundo aspecto el diálogo judicial que nos presenta Turow en su novela:

http://murolegal.blogspot.mx/2016/01/scott-turow-y-la-presuncion-de-inocencia.html 

         Por otra parte, me he encontrado durante mis clases que algunos alumnos se han dejado convencer por lo que podríamos denominar “el falsario colectivo”, propiciado principalmente por el cine norteamericano, lo que conduce a, por una parte, creer que los juicios se desenvuelven como en las películas, o que, por otro parte, estamos en camino de ello. Este imaginario sobre el desarrollo de los juicios desde luego es desmentido por la realidad en el ejercicio profesional de la abogacía, ya que no somos, ni hemos sido - y probablemente nunca seremos- de acuerdo a este modelo “Hoollywoodense”. Así, en este sentido, John Grisham, en su libro “El último Jurado” nos hace esta advertencia: "Me he tomado una considerable libertad con algunas de las leyes vigentes en el estado de Misisipí en la década de los setenta. Las he utilizado indebidamente para llevar adelante mi relato. Lo hago a menudo y jamás me siento culpable, puesto que siempre puedo contradecirme en esta página. Si ustedes detectan estos errores, por favor no me escriban una carta. Reconozco mis errores. Son deliberados."[vi]

         Pero bien, lo que sí creo posible es que se puede lograr una aproximación a los juicios orales a través de la literatura, particularmente la novela norteamericana.

¿Qué utilidad puede significar leer novelas norteamericanas con relación al ejercicio de la abogacía? Algunas ciertamente, y esto es lo que pretendo ir mostrando en las diversas “entregas”, las cuales serán comentarios y ejemplos de distintos libros.







[i] LAPIDUS, Jens. MAFIA BLANCA. Trilogía Negra de Estocolmo II. Santillana Ediciones Generales, S.A. de C.V. México 2010. 655 p.
[ii]Op cit. p. 302.  (Deshacer el género. Judith Butler.)   http://programaddssrr.files.wordpress.com/2013/05/butler-judith-deshacer-el-genero.pdf    
[iii]Ibídem, p 327.  (Manifiesto de la Organización por el exterminio del hombre. Valerie Solanas.)  http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v1/PDFS_1/POLIETICAS6_SCUMMANIFESTO.pdf
[iv] Ibídem, p. 352. (La chica y la virginidad. Katarina Wennstam.) http://www.katarinawennstam.se/index.php?id=3
[v] Ibídem, p. 352. (Bajo la Manta Rosa. Nina Björk). El libro: http://www.amazon.com/Under-Det-Rosa-Tacket-Kvinnlighetens/dp/9146170111. Un artículo interesante: http://www.borges.pitt.edu/sites/default/files/Pineyro%20La%20femineidad.pdf
[vi] GRISHAM, John. “El último Jurado”.  Ediciones B. Barcelona. 2004. 427 p.

Comentarios

  1. felicito al Maestro en Derecho que no solo su conocimiento lo basa en la experiencia personal .sino que la fortalece con las experiencias de diferentes personalidades . como son los grandes escritores quienes posicionan al protagonista en diferentes actos de la vida en que se desarrolla un sin numero de INJUSTICIAS o DEFENSAS propias de la condicion humana ..siendo el caso de SR. MAGDALENA en libro LOS MISERABLES en la gran obra LITERARIA de VICTOR HUGO

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